La parálisis cerebral infantil es un término que cubre una amplia gama de trastornos cerebrales, que resultan en alteraciones motoras de la infancia.
Podemos considerarla como un grupo variado de trastornos motores o del movimiento y postura, teniendo su origen en el sistema nervioso central, que son causantes de la limitación de la actividad y que se les atribuye a un daño no progresivo en el cerebro antes de su completo desarrollo y crecimiento. Esto puede ser durante el desarrollo en el vientre materno, inmediatamente anterior o posterior al parto o durante los primeros años de vida.
Generalmente al trastorno motor se acompaña de trastornos cognitivos, perceptivos y/o de la conducta, sensoriales, de la comunicación, y/o por epilepsia.
El trastorno motor puede variar desde dificultades con el control motor fino, como puede ser coger un objeto con el índice y el pulgar, hasta una espasticidad severa en todos los miembros.
La diplejía espástica es el subtipo más común y se caracteriza por tener espasticidad más prominente en las piernas que en los brazos.
Un niño con parálisis cerebral puede presentar hipotonía muscular, teniendo un tono muscular más bajo e hipermovilidad articular.
Además en su movimiento, tendremos en cuenta trastornos como la discinesia, que son movimientos involuntarios anormales principalmente de las extremidades, distonía que son contracciones musculares involuntarias o epilepsia.