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Estamos a punto de que empiece la Semana Santa, esa semana en la que a lo largo y ancho de nuestra geografía, cofradías y hermandades procesionan a sus sagrados titulares por las calles de todas la ciudades y pueblos de nuestro país.

¿Y tiene la fisioterapia algo que aportar a estas tradiciones religiosas? Mi respuesta es clara: absolutamente SI. 

No nos llamemos a engaño, hay grandes diferencias en la forma de llevar a los titulares de unos sitios a otros; en unos sitios hay pasos, que se llevan con el costal (cargando directamente sobre la base de la columna cervical) en otro sitios hay tronos con varales (que se llevan cargando el peso sobre 1 solo hombro), algunos van almohadillados y otros no… como veis, hay múltiples variantes a la hora de procesionar.

Nota: a partir de este punto solo utilizaré la palabra “trono” porque es la más afín a mí, pero engloba a cualquier estructura que sirva para procesionar sagrados titulares (pasos, andas…).

Puede que las características de cada procesión, ciudad y pueblo sean tremendamente heterogéneas, sobre todo en cuanto a recorrido, orografía del mismo, vestimenta o duración de la estación de penitencia, pero también es cierto que hay una serie de elementos comunes a la gran mayoría de ellas, como son:

1. Las procesiones suelen durar varias horas (algunas llegando incluso a superar las 10/12 horas de recorrido).

2. Gran parte de ese tiempo los penitentes (ya sean nazarenos o portadores de su cristo o virgen) están de pie “sin moverse”.

3. Las vestimentas que se utilizan suelen ser, en líneas generales, incómodas (especialmente en los nazarenos con su capirote en la cabeza).

4. Las que tiene el recorrido más largo suelen tener una parte de su recorrido de día y otra de noche, lo que puede implicar en esta época del año, cambios de temperatura algo más grandes. 


Basándonos en estos elementos comunes, os dejo en la próxima publicación algunos consejos que creo que son bastante extrapolables a casi todas las procesiones de nuestro país. Están basados, por un lado en la limitada pero interesante literatura científica existente sobre el tema, y por otro en mi experiencia personal (tanto en la vertiente profesional de fisioterapeuta, como en la personal de hombre de trono con más de 20 años bajo los varales). 

Hinojosa Montañés, J.M., 2015. El esfuerzo físico de los Hombres de Trono. Available at: http://riuma.uma.es/xmlui/handle/10630/13520.

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