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Es más que probable que si has acudido en alguna ocasión al fisioterapeuta en los últimos años, hayas recibido como tratamiento una serie de ejercicios encaminados a mejorar tus dolencias. En consecuencia, si eres fisioterapeuta, estarás concienciado con el ejercicio activo terapéutico y será la más importante de tus herramientas.

Es cierto que en nuestro país, las competencias del fisioterapeuta vienen determinadas por la Orden CIN 2135 de 2008, en la que se define la fisioterapia bajo la aplicación de medios físicos, aunque también se menciona la cinesiterapia: terapia por movimiento.

En 2012, el Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España define así el acto fisioterápico en el ámbito clínico. Aunque un poco larga, las últimas frases indican claramente la necesidad de restaurar un movimiento activo y recuperar la función. Para ello, el ejercicio activo será indispensable, aunque adaptado a la condición de la salud.

Poco después, en 2014, la Confederación Mundial para la Fisioterapia (World Confederation for Physical Therapy, WCPT en adelante), algo así como la confederación de asociaciones nacionales de fisioterapeutas y por tanto el máximo órgano de representación mundial de la fisioterapia subraya que ésta provee de servicios a individuos y poblaciones para desarrollar, mantener y restaurar las máximas capacidades de movimiento y funcionales a lo largo de la vida del paciente. Esto incluye proveer servicios en circunstancias en las que el movimiento y función se ven amenazados por la edad, lesión, dolor, enfermedades, desórdenes, condiciones o factores ambientales. El movimiento funcional es básico para el mantenimiento de la salud. De nuevo, la importancia de la función y con ella del movimiento activo terapéutico.

Max Zusman, un fisioterapeuta que dedicó gran parte de su vida al estudio y a la realización de múltiples revisiones bibliográficas indica que, efectivamente, la inhibición del dolor mediante estímulos mecánicos (terapias pasivas, como masaje, estiramientos...) tiene su interés en la medida en que son encuadrados en un programa de exposición gradual de movimiento. Zusman, aunque no vio pacientes durante gran parte de su vida, fue un adelantado a su tiempo y tenia una visión clara de las necesidades del paciente. En algunas ocasiones, puede que un paciente recupere por sí mismo sus capacidades tras recibir una terapia pasiva, pero sólo la terapia activa va a permitir que las probabilidades de éxito sean mayores.

Por último, la asociación americana de fisioterapia (American Physical Therapy Association, APTA en adelante) a través de la plataforma Choosing Wisely era bastante tajante en 2014 al afirmar que no se deben usar agentes físicos pasivos excepto cuando sea estrictamente necesario para facilitar la participación en un programa de tratamiento activo.

Indicaba además que hay poca evidencia acerca del beneficio de los agentes físicos pasivos y que si bien pueden aliviar a corto plazo, deben usarse para facilitar un plan de tratamiento activo.


Es necesario recalcar por tanto, la importancia del ejercicio terapéutico como parte de un proceso de rehabilitación para recuperar la funcionalidad del paciente y disminuir su discapacidad. Si eres paciente, por tanto, debes saber que incluyendo ejercicios adaptados y personalizados a tus capacidades y dolencias cuando trabajas con tu fisioterapeuta, harás un favor a tu salud.

Zusman M. A note to the musculoskeletal physiotherapist. J Back Musculoskelet. Rehabil. 2012;25(2):103–7.

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