Sentir el aire en la piel, una caricia, el roce con la ropa que vestimos, o leves estímulos como una mariposa posada sobre nuestra piel, son sensaciones que a diario podemos percibir los seres humanos en mayor o menor medida, sin ningún problema.
A veces, estas sensaciones resultan dolorosas.
Muchas personas acuden al fisioterapeuta con alodinia. Esto significa que sienten dolor al recibir estímulos que son indoloros e inofensivos, como los ejemplos citados anteriormente. En ausencia de daño o lesión, el sistema nervioso pone en marcha una hipersensibilidad dolorosa en una parte del cuerpo, con el objetivo de proteger esa región, aunque la protección no sea necesaria porque nada malo sucede.
“El dolor siempre contiene alodinia, prohibición de utilizar la zona dolorida”
Arturo Goicoechea
De esta manera, el dolor actúa como protector haciendo que la zona protegida no pueda utilizarse, aunque en este caso, esté sana.